Muchas personas no se preocupan del Mal Aliento porque no se trata de una enfermedad grave para la salud.
Sin embargo, puede ser un dilema social, ¿cómo decirle a un amigo, novio o novia que lo tienen?
La mayoría de veces no somos conscientes de nuestro Mal Aliento y los demás suelen ser demasiado educados para decirnos que tenemos un problema y tratar a diario con compañeros de trabajo u otras personas, puede ser muy incómodo si la comunicación con ellos es de cerca y personal.
En muchas ocasiones, tener Mal Aliento suele ser causa de vergüenza para quienes lo sufren, a pesar de que no sea culpa de ellos, a no ser que descuiden la higiene bucal.
Sin embargo, no es sólo la higiene bucal la única causa, hay más:
- La Dieta, consumir ciertos alimentos o sufrir algún trastorno digestivo.
Un alto valor proteico y una dieta baja en carbohidratos siempre dará lugar a la aparición de cetosis y la respiración de la persona a dieta comenzará a oler a fruta y un poco desagradable ya que la eliminación o restricción severa de los elementos esenciales de la dieta humana puede acarrearnos de leves a graves consecuencias.
- Los problemas de hígado, riñones e intestinos pueden ser causas de Mal Aliento crónico.
- El reflujo ácido.
- La diabetes.
- Las personas con problemas de sinusitis, amigdalitis u otra garganta o síntomas nasales también suelen sufrir de Mal Aliento y debido a la copiosa descarga en la parte posterior de la garganta, puede llegar a ser crónico.
- Después de una amigdalotomía es muy común ya que las incisiones tendrán que sanar y hasta que lo hagan, las bacterias proliferarán.
- Los problemas en la boca, como la enfermedad de las encías, abscesos, caries, o una acumulación severa de la placa, también son causantes de Mal Aliento.
Existen tratamientos medicinales, remedios caseros y curas naturistas.
También hay cuentos de viejas, consejos de personas que se han curado solos, tabletas, enjuagues bucales, y suplementos de dieta que son recomendados para el tratamiento de la halitosis.
Incluso, algunos remedios implican la omisión o la inclusión de determinados alimentos o el cambio de dieta por completo, pero lo único cierto es que, deshacerse del Mal Aliento, comienza por averiguar la causa.
Para ello, lo primero es visitar al dentista, que examinará los dientes y la parte interior de la boca en busca de signos de úlceras de infección, daño a los dientes, las enfermedades de las encías y la boca.
Si no encuentra nada de importancia, el siguiente paso es consultar al médico para que investigue otras causas.
Incluso podemos tener una clínica del Mal Aliento en nuestra zona donde profesionales de la salud, evaluarán la gravedad del problema, determinarán la causa y pondrán en marcha el tratamiento adecuado.
El personal en estas clínicas suele ser especializado en la cura, porque es lo único que tratan día a día e incluso conocen una amplia gama de causas y pueden recomendar tratamientos, que un médico o dentista pueden no saber.
En resumen, por mucho que todos odiamos el Mal Aliento, nos puede pasar a cualquiera de nosotros.En ese caso, debemos hacer algo al respecto, porque es incómodo tanto para nosotros, como para los que nos rodean.

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